Los problemas Alimentarios son muy frecuentes en la infancia. El rechazo a las diferentes texturas y la negativa a probar nuevos alimentos se convierte en una angustia diaria para los padres y madres encargados de su alimentación.
La necesidad de una buena la alimentación para un adecuado desarrollo post natal, el crecimiento del bebé y los miedos respecto a la evolución del pequeño, convierten el contexto alimentario en una situación negativa, en la que muchos padres terminan cediendo en numerosas ocasiones a las condiciones del niño a la hora de comer, con el fin conseguir un buen clima familiar.
En ocasiones los niños van incorporando poco a poco los diferentes alimentos, y otras tantas no lo hacen.
Nuestra experiencia en Unidades de Trastorno Alimentario nos dio las capacidades para reproducir, un método de intervención con buenísimos resultados.
Metodología niños con rechazo a la ingesta o malos comedores: Una re – iniciación de la conducta alimentaria
¿CÓMO ORGANIZAMOS NUESTRO TRABAJO?
Un importante principio en psicoterapia: CORRER MENOS ES AVANZAR MEJOR.
Por descontado, sabemos que cada familia hace lo imposible por sus hijos, y todas las decisiones que han ido tomando, con mejores o peores resultados, son fruto del deseo del bienestar del menor, y que no siempre, los pequeños facilitan esta tarea tan compleja.
Nuestra experiencia nos dice que necesario dedicar una primera sesión en dar a conocer la historia alimentaria de nuestro paciente y su familia, para explorar, y conocer mejor, la situación que vamos a abordar.
EVOLUCIÓN DE LAS SESIONES:
Las primeras sesiones es necesario que nuestro pequeño se sienta tranquilo, sabe por lo que acude a un lugar nuevo y extraño, y conoce las expectativas que le rodean.
Por eso, dedicamos las primeras sesiones a que el pequeño se sienta tranquilo en nuestra consulta, juegue y pinte sin ser la alimentación nuestro eje principal. Cuando el niño llega a consulta libre del miedo a que le obliguen a hacer lo que más teme, comenzamos a orientar el juego hacia nuestros objetivos.
Uno de nuestros objetivos principales es volver a enseñarle el proceso de masticación y deglución, mientras crece en él una sensación de seguridad que antes no tenía. Diluyendo sus fobias y temores hacia la ingestión de los alimentos. Es muy importante permitirle que vuelva a la observación de su cavidad oral, primero visual y táctil, y ayudándonos de estimulación orofacial.
Posteriormente, establecemos una organización jerárquica de alimentos aceptados a menos admitidos, exposición a las diferentes texturas y disección de los alimentos fóbicos, para que el pequeño, poco a poco, pueda acercarse al proceso de ingestión con seguridad, y por supuesto tranquilidad.
Las maniobras contra la provocación autónoma del vómito, enmascaramiento de sabores, y por supuesto, mucho, pero que mucho reforzamiento positivo, le facilitarán este proceso.
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